Asturias, con su abundancia de agua dulce y su fuerte tradición pesquera, se ha convertido en un referente nacional en acuicultura sostenible. Este modelo de producción, que busca criar especies acuáticas de forma responsable, no solo abastece al mercado con productos de alta calidad, sino que también protege los ecosistemas fluviales y marinos de la región.
La acuicultura sostenible en Asturias se basa en tres pilares: el respeto ambiental, el bienestar animal y el desarrollo socioeconómico. Muchas instalaciones utilizan sistemas de recirculación de agua, energías renovables y alimentación controlada para minimizar el impacto ecológico. Además, se prioriza el uso de especies autóctonas o bien adaptadas al entorno, como la trucha arcoíris, evitando la introducción de organismos invasores.
Este enfoque también impulsa el empleo rural y dinamiza pequeñas comunidades, ofreciendo una alternativa de futuro en zonas afectadas por la despoblación. Gracias al compromiso con las buenas prácticas, los productos acuícolas asturianos cuentan con altos estándares de calidad y trazabilidad.
La colaboración entre administraciones, empresas y centros de investigación ha sido clave para el desarrollo de esta acuicultura responsable. Se promueven continuamente proyectos de innovación y certificación ambiental que garantizan una producción limpia, ética y eficiente.